Siempre me ha hecho gracia esta expresión. Laboralmente hablando, ya desde la etapa de la facultad nos hablaban de que cuando tuviéramos que enfrentarnos a nuestro trabajo o en otras facetas de la vida, nada más que había que aplicar el sentido común a las cosas (venían a decir que haciendo esto todo iría de fábula, como de una fórmula mágica se tratase). Después, a lo largo de la vida, es algo que se escucha seguramente demasiadas veces, ¿porque qué es aplicar el sentido común?
Es algo bastante curioso, simplemente porque cada individuo tiene una perspectiva diferente de un suceso, por lo que el sentido común nunca puede ser el mismo para dos individuos, y no digamos para los millones de personas que habitamos el planeta. ¿De quién es ese sentido común entonces? Se puede decir que habría que aplicar el de la mayoría de la gente, lo más aceptado por norma (otro término que se puede analizar de idéntica forma), etc… pero no cuela. Con esto podemos deducir fácilmente que el llamado sentido común es una incoherencia, puesto que al no ser el mismo para todos no puede ser común.
De todas formas, siempre se puede recurrir a nuestro buscador favorito (pincha aquí) y encontrar alguna definición que, pese a ser errónea desde su punto de partida, pueda satisfacernos y poder aplicar su definición más aceptada.