Hace bastante tiempo que conozco un poco el mundillo cofradiero de Cáceres. Desde pequeño mi padre me apuntó a una de las más representativas cofradías de nuestra ciudad, y cada vez que se aproximaba la Semana Santa, allá que iba yo a echar una mano a lo que se necesitara. Durante años he asistido a los traslados de andas, a colocar las imágenes en su sitio, o bien los faroles, jardineras (todavía recuerdo las latas de tomate que llevaba algún que otro paso), focos, velas, flores, etc… y lo mismo en otras fiestas de la cofradía como el besapié o la novena de la imagen titular.
El tiempo ha pasado y he perdido la ilusión. Me falta parte de esa ingenuidad que tiene todo niño, y es que resulta que he visto que las relaciones entre la gente que se supone que va a ayudar no deja de ponerse zancadillas o de criticarse unos a otros. Hablo de un porcentaje alarmantemente escandaloso. ¿Por qué? Bueno, es algo que no me entra muy bien en la cabeza. En todos los colectivos hay discrepancias o diferencias de opiniones, pero la envidia y el odio que se generan hacia otras personas en algunos casos es lamentable. Y se supone en esta clase de sitios, más que en ningún otro, hay que predicar con el ejemplo (ser buenos con el prójimo, y bla, bla, bla…)
Por supuesto que hay personas totalmente desinteresadas, aunque desgraciadamente son los menos. Al final de todo hay que darle las gracias a unos y a otros, pese a sus ideales y comportamientos, porque gracias a todos las procesiones salen cada año, salvo inclemencias del tiempo.
Uno de los protagonistas más visibles dentro de una procesión son los jefes de paso. Estos personajes tienen una complicada tarea, la de dirigir a una tropa de unas 40 personas, para que el paso vaya lo más digno que se pueda. Realmente es una labor muy difícil, ya que a cada orden que da el jefe de paso, se suceden las protestas de 20 personajillos que no están de acuerdo. Estarán de acuerdo conmigo en que esto no se debe consentir, pero ocurre. Y es que podremos estar de acuerdo o no con las instrucciones recibidas, y si es que no se debe decir (ojo, y si es que sí, también) pero de distinta forma a como se hace. Porque la verdad es que cansa, y mucho, la sucesión de protestas que se generan a todas horas…
En los últimos años he decidido cargar durante toda la procesión debajo del paso (me refiero a por dentro, donde normalmente no va nadie). Empecé un año que andaba mal de la espalda, y no quería fallar al compromiso inherente (que por lo visto no mucha gente sabe que lo tiene con el simple hecho de asistir) de tener que dejar colgados a mis compañeros, así que me metí debajo y si podía cargar, pues bien, y si me resentía demasiado, pues bajaba el hombro, dejaba de cargar y no pasaba nada. Además, es un sitio muy cómodo porque te permite ir cambiando de hombro si te hace falta, aunque a veces tengas que coger posturas un poco raras porque el turno sea más bajo que uno, pero se lleva como se puede, que para esto estamos ahí.
Otra ventaja que tenemos ahí debajo es que también es cómodo porque no va mucha gente. Que yo recuerde sólo estamos dos personas más o menos fijas, que vemos cómo van desfilando a nuestro lado un sinfín de personajillos bastante curiosos, que aparecen y desaparecen como por arte de magia. Serían dignos de hacer un estudio más en profundidad. Pensaré en ello y ya os contaré…
Pero ahora quería comentar algunas formas de llevar un paso, siempre desde mi punto de vista y de forma muy somera, ya que desconozco si hay alguna forma “oficial” de nombrarlos…
El paso normalmente va a ritmo de la banda de música de turno, balanceándolo de un lado a otro. A veces ocurre que se junta el sonido de dos bandas que se entremezclan, o que por el contrario apenas se escucha nada, por lo que se marca un ritmo propio y se acabó el problema. Para facilitar la labor de marcar el paso, se da un golpe de horquilla según apoyamos el pie izquierdo.
Luego están algunas variantes con las que se puede adornar un poco la procesión, como por ejemplo el paso ancho (abstenerse en lugares estrechos como en los adarves, que un paso no es un “pint-ball”). Precisamente para estos sitios se utiliza un “pasino” muy corto, sin apenas balancear el paso. También se puede “bailar”, esto es mover el paso hacia delante y hacia atrás. Yo soy partidario de esta práctica, pero en lugares muy concretos, ya que no procede ir todo el rato así, tiene que ser algo puntual. Está bien usarla cuando le cantan una saeta a la imagen o se pasa por algún otro templo o donde sabes que hay mucho público viéndolo, o cosas así. Y ya por último comentaré la “carrerita”, que se suele hacer a la hora de subir alguna cuesta muy pronunciada, como la de Hacienda o la de Clavellinas. A mi personalmente me gusta, pero tiene muchos detractores.
Por ahora lo dejo, que voy a recapitular, porque lo que quería contar ya veo que todavía apenas lo he mencionado, y para variar me he ido por los cerros de Úbeda.
Continuará… (eso creo)
En Úbeda deberían hacerte hijo adoptivo o por lo menos ponerte una calle jejeje.
Bueno, sobre la segunda parte no hay mucho que matizar, sobre la primera como ya te he dicho alguna vez creo que te vence la decepción, conozco y conoces personas que han sufrido palos o malos tragos muy fuertes en el mundillo cofrade y ahí siguen con más ilusión que nunca. Hechos como los que tú narras, que se repiten año tras año, ocurren en algunos sitios y con algunas personas, pero en Cáceres afortunadamente hay muchas cofradías y muchos otros grupos donde disfrutar de esto si es que realmente te gusta. El porcentaje de garbanzos negros sobre el total es ínfimo, y lo que se disfruta compensa con creces los posibles sinsabores.
Y por último, si no nos gusta cómo funciona algo, frente a la retirada siempre tenemos la opción de liarnos la manta a la cabeza y hacer lo posible por cambiarlo, que de esos casos también conocemos algunos.
En fin, que hay muchas vías pero nunca está la del abandono. Pocas personas encontrarás más críticas que yo con ciertas cosas, pero lo de quitarse del medio, eso jamás.
http://www.cofradesdigitales.com/index.php/caceres/penitencia-cc/828-cofrades-digitales-a-solas-con-mi-semana-santa-el-perfume-caceres-semana-santa
por cierto que a mí lo de la carrerita me parece de un folklore innecesario, desapruebo las cosas que se hacen de cara a la galería.
Ya estás chafándome la segunda parte de la historia, jeje…
Es normal que esté un poco resentido de esta situación, aparte de que en los últimos años me han surgido viajes y no he estado en Cáceres nada más que para la procesión del Domingo de Ramos, a la que no tengo intención de faltar. Pero para ver algunas malas caras y saludos forzados, pues me ha venido casi que de perlas como excusa para dejarlo un poco de lado.
Pero tranquilo, estas cosas no se pueden dejar del todo nunca, pero sí que estoy tomándome un tiempo para reflexionar.
me callo entonces hasta leer la entrega completa jejeje
Qué desilusión, he leído toda la entrada esperando el momento cumbre y no ha llegado. Espero que en la segunda parte haya una mención "al aire" o "aire" o como sea, hay gente que quiere saber de qué va eso.
Estoy en espera.
Pues este año tampoco ha faltao lo del aire, aunque ya casi terminando la procesión… pensé que se le iba a olvidar esta vez
aire!!!
Si recuerdas, el Domingo de Ramos ya hubo alguna arenga que otra…
te refieres al aire o a otro tipo de arengas?
Siempre las hay de todos los colores, pero en este caso me refiero al aire.
entonces sí.
Aire!!