Jesús tenía una historia, una familia, un futuro incierto y una tarjeta del Inem. Gracias a esta tarjeta, cada mañana acudía a un curso subvencionado donde nos alegraba al resto de los compañeros con un agudo sentido del humor. En la hora del café, Jesús nos mostraba, orgulloso, las fotos de su princesita de 18 meses y su expresión reflejaba el peso de la responsabilidad de un padre. Poco a poco, Jesús dejó de bromear. «Tengo graves problemas y no logro concentrarme en clase, no sé siquiera si podré continuar con el curso», nos dijo. Sin embargo, nadie quiso violar su intimidad con preguntas. Al fin y al cabo, ¿qué padre de familia parado no tiene problemas? Los dos días siguientes todos seguíamos acudiendo a nuestra clase; todos, menos Jesús. Ayer por la mañana, Jesús se levantó como cada día, pero tampoco tuvo fuerzas para volver al curso. En su lugar decidió abrir la ventana de su octavo piso y saltar al vacío. El mismo vacío que nos queda a sus compañeros y amigos, el mismo vacío que queda en su historia, en la de su mujer y su hija; nada, comparable con el minúsculo vacío que deja en las listas del Inem. Y ahora me pregunto con impotencia: cuántas personas pueden estar cerca del vacío; ese vacío que el ser humano siente cuando agota la tinta que necesita para seguir escribiendo su propia historia.
Isabel L.C. Bilbao
Carta de la semana en la revista XL Semanal
"Cuando se cansó de caminar, se apoyó contra un muro de ladrillo, que inesperadamente cedió a su espalda y se rompió en mil pedazos. Ariadna se levantó entre los restos de la brecha que había abierto en la pared, sin heridas ni magulladuras. Estaba tan sorprendida de hallarse al otro lado que tardó un rato en darse cuenta de que el explorado con el cazamariposas estaba a su espalda y la observaba con una sonrisa en los labios.
– Ésa ha sido una buena lección – dijo.
– ¿Qué lección? – preguntó ella irritada.
– Este viejo muro te ha enseñado algo muy importante para llegar al centro del Laberinto. La mayoría de obstáculos que encontramos en nuestro camino a la felicidad son imaginarios. Los creamos nosotros; es decir, son nuestros miedos.
– ¡Pero yo no he creado este muro! – protestó Ariadna.
– Éste no, pero sí otros – remarcó el explorador – De otra manera no estarías aquí. Y ¿sabes por qué las personas nos creamos nuestros propios obstáculos? Yo te lo diré: porque nos da miedo llegar a los lugares que hemos soñado.
– ¿De verdad lo cree?
– ¡No lo dudes! Cumplir un sueño siempre da miedo, porque estamos acostumbrados a lidiar con las dificultades, pero no a recibir regalos de la vida. Por eso a menudo nos boicoteamos poniendo muros entre nosotros y lo que queremos conseguir."
[…]
"- ¿Y qué pasa con los obstáculos que no creamos nosotros, los que son reales?
– ¡A ésos yo no los llamo obstáculos, sino trampolines! ¡Sirven para ir a lugares a los que nunca habríamos llegado por nosotros mismos!"
No caigamos en el oportunismo de los medios.
Esta entrada merece otra compensatoria, como poco.
Lo que me faltaba ahora es que un personaje "anónimo" decidiera sobre lo que debo escribir en mi propio blog.
Pese a ello, has tenido suerte, y no te voy a mandar muy lejos. Hasta quizás escriba otra entrada de una noticia que se ha producido hace poco y que tiene una pequeña historia detrás…
Joer, cuánta "violencia". Soy tu personaje anónimo favorito, fue por cuestiones de tiempo que no incluí el nombre, tampoco es pa' tanto hombre. Válgame Dios, voy a decidir yo sobre tu blog.
Y yo que pensaba que incluía un mensaje positivo, está claro que lo mío nunca fue el (con)tacto con las personas. Iba a escribiros a ti y al otro disidente para deciros lo poco que os iba a echar de menos, pero cualquiera se atreve ahora xD.
Nos vemos.
Fdo.: Cris.
Le ruego mil perdones, ya que me equivoqué completamente pensando que fue precisamente el otro disidente el que escribió desde el anonimato, ese al que sabes que tengo tanto aprecio y mando a tomar por xxxx tan a menudo (ya que estamos, le doy recuerdos).
Espero que su estancia por tierras palentinas sea provechosa y fresquita.
Saludos!!
Esto sucede por su inmensa y desmesurada falta de respeto!!!
Cuídense.