Uuuuffffffffff, Dios mío, veamos, voy a hacer un ejercicio de memoria poniendo los ojos en blanco como la pitonisa Lola y todo y volveré a ese día para recordar cosillas del partido.

Lo que comentan del pabellón es verdad, se trabajó a destajo para acabarlo a tiempo, era un pabellón que estaba destinado a la Universidad pero de repente se tuvo que buscar sitio allí para 5000 personas y tuvieron que echarle ingenio para que cumpliera con toda la normativa ACB, aunque supongo que cumpliría raspando porque la verdad es que no era muy lujoso que digamos. Sólo recuerdo uno más modesto que el nuestro, el del Huesca, que esa temporada se llamaba Argal Huesca; era el pabellón antiguo, no el que tienen ahora que es uno muy bueno, les pasó como a nosotros, toda la vida llorando por tener pabellón en condiciones y cuando lo tienen pues se quedan sin equipo.

Del pabellón lo que recuerdo es que un amigo y yo íbamos casi todos los días en bici hasta allí para ver cómo marchaban las obras, creo que se llegó a trabajar hasta por la noche y el día antes del partido mientras entrenaba el Joventut se estaba aún soldando y rematando ñapas. Hace poco hablé con uno de los que estuvo en esa obra y al contarle eso me dijo que hasta el mismo día del partido estuvieron currando para que pudiera estar listo; según me contó creían que no acababan a tiempo y cuando lo hicieron se fueron al bar a tomarse algo y a respirar un poco porque lo pasaron realmente mal.

Me remonto al día antes del partido, venía el Joventut de Badalona, joooooooooder, el Joventut, campeón de Europa, era todo un acontecimiento, así que me fui con el amiguete para el pabellón a montar guardia para cuando llegaran los de Badalona y allí me encontré con un montonazo de gente que estaban a lo mismo.

Recuerdo que entré por la puerta principal y que estábamos de pie en el lateral del Palco cuando de repente entra el Joventut al completo, vaya pasada, y……¿qué pasó?…..pues que la gente empezó a aplaudir al Joventut mientras bajaban por la grada en dirección a la pista, vaya ovación que les dieron, más espontánea imposible.

Disfrutamos del entrenamiento como niños, la verdad es que casi lo era porque era jovenciiiiito, jovenciiiiito (evidentemente lo sigo siendo, ejem, ejem). Estábamos viendo en vivo y en directo a los Jofresa, Villacampa, Corney Thompson, Dani Pérez, Ferrán, Morales, Dani Pérez (siempre me gustó el juego de éste), Mike Smith, al finísimo y saltarín Harold Preesley……y seguro que alguno me dejo por el camino pero ya son muchos años. Después del entreno la gente empezó a pedir autógrafos a los jugadores de Badalona que no pararon de firmar desde la cancha hasta el autobús y yo allí todo cortadito con mi libreta y mi boli que no me atrevía a acercarme, en fin, iban pasando y pasando y no me atrevía, subían al autobús y yo sin mi autógrafo.

Villacampa era el último que iba para el bus y se convirtió en mi última oportunidad de lograr un autógrafo, llevaba una neverita y ya con un pie en el primer peldaño del autobús me ve al ladito de la puerta, estiro mi libreta, pone pie a tierra, coloca la neverita en el suelo y me firma la libreta. Vaya recuerdo, jamás se me olvidará.

Y tan contento para casa a velar armas que al día siguiente teníamos cita con la historia. Me recuerdo andando hacia el pabellón, vivo más o menos en esa dirección y por entonces los accesos al V Centenario eran tercermundistas y no esperamos bus ni leches, nos echamos a andar y cuando íbamos por enfrente de la Facultad de Veterinaria ya se escuchaba un escándalo de cuidado, bocinas, bombos, gritos de Cáceres, Cáceres, y eso que llegamos bastante pronto pero estaba claro que ese partido no se lo quería perder nadie, vaya ilusión con la que iba.

Entramos en el pabellón, nos sentamos en nuestro sitito, creo que era la segunda fila del sector B, creo, un poco antes de la altura de la canasta donde menos fondo había, que por cierto, creo recordar que fue donde empezó anotando el Cáceres. El pabellón estaba llenito hasta la bandera y eso sí que era ambiente, una auténtica fiesta. Total que empieza el partido y no sé si empezó la cosa con un par de canastas del Joventut, ya digo que son muchos años.

El Cáceres dominó el partido y no se pasaron muchos apuros para ganar, esos ya vendrían con la temporada, casi siempre estuvimos por delante, no muchos puntos pero sí una pequeña renta que nos permitió ganar. Pritchard estuvo de lujo, anotó, asistió, dirigió, en resumidas cuentas: se comió con patatas a los hermanos Jofresa. Otro que también hizo un gran trabajo fue Berwald, dueño y señor de los tableros, un tipo nada espectacular pero un mazacote de músculo en forma de pívot blanco tremendamente efectivo con el que no se fue demasiado justo al final de temporada. Le largaron porque Comas quería otro pívot, el caso es que por rendimiento no era porque estaba haciendo una gran campaña pero no se llevaban muy bien él y Pritchard y en una entrevista le preguntaron que qué era lo que necesitaba Cáceres para ganar partidos y él contestó que otro base que chupara menos, se le cortó y se trajo a Walker pero esa ya es otra historia.

Pritchard vino al Cáceres de carambola porque en quienes estaban interesados realmente era en Andre Turner que esa misma temporada jugó en Orense, se estuvo interesado pero el ser equipo nuevo en la categoría pues como que era ser un apestado y al final Turner fue para Galicia. Otro en el que también estuvieron muy interesados fue en Velimir Perasovic, él quería salir de su país como fuera, por entonces en conflicto, pero para venir creo que quería traerse a toda su familia y en eso Lugo fue mucho más receptivo y para allá fue. El caso es que viniera como viniese Kevin Pritchard fue un auténtico lujo, de verdad que fue el primer base blanco al que le ví entrar a canasta y machacar delante de los pívots, impresionante, vaya potencia de salto. De acuerdo que era muy chupón pero en ese equipo no había mucha más gente para jugarse los tiros, de hecho el artículo dice que se perdieron muchos partidos en los últimos minutos y fue así porque la presión atenazaba a los jugadores de manera increíble, a muchos, a pesar del cariño que les tengamos, la ACB les quedaba pelín grande y dos buenos fichajes que se hicieron no rindieron como se esperaba en esa primera temporada: Reyes y Fernández, éste último definía su primera temporada en Cáceres en una entrevista de la época como la peor de su carrera y es que venía de hacer buenos números por Málaga pero el equipo no marchaba; y eso que el segundo partido también se ganó contra el Fórum del siempre polémico Jackie Espinosa, alguna tangana montó en la pista. De nuevo Kevin sensacional. Curiosa la trayectoria del Cáceres que empezó ganando los dos primeros partidos para acabar jugando el play-out (la tercera no cayó hasta Málaga donde Fernández y Abrines cosieron a triples a Unicaja con la inestimable colaboración de Pritchard, 32 puntos), algo que contrastó con el gran rival verdinegro de entonces el Andorra que empezó perdiendo varios partidos consecutivos para después acabar la temporada de manera desahogada.

Después de los primeros partidos bajó su nivel pero está claro que si un jugador es el crack de un equipo pues las defensas se ceben con él, lógico, acababa los partidos algo cansado y al final de temporada no saltaba como al principio, lógico también.

A pesar de que se perdieron muchos partidos en los instantes finales, recuerdo uno que se ganó en la última jugada y gracias a una genialidad de Pritchard, en casa contra el Caja San Fernando del Chinche La Fuente (un clásico), Darrel Lockart (todo un profesional que acabó sus días de profesional impartiendo magisterio en la LEB un par de años con Los Barrios, gordito, gordito pero dando lecciones en LEB), Brian Jackson (para mí el mejor tirador que pasó por la ACB), Toñín Llorente (más prolíficos que la saga de la Guerra de las Galáxias), Carlos Montes (otro pedazo de profesional y uno de los mejores defensores ACB), Doblado (muñeca de seda), Trumbo (por entonces ya algo cascado pero uno de los grandes americanos que vieneron a España), un recien llegado a la ACB Middleton (tenía un arsenal ofensivo y en esos años un físico espectacular que el permitía dar el callo en ambos lados de la cancha, especialmente famosa su canasta con el Barcelona en su propio aro: http://www.youtube.com/watch?v=0cw6Ae6qPQM)

En fin, hay jugadores que no se olvidan y se les recuerda porque antes era más fácil identificarse con alineaciones y plantilla que no ahora con doscientos mil comunitarios de pacotilla. Partido a pocos puntos, pelota para Kevin, ¿alguien piensa que no se la va a jugar él?, ilusos, bota elegantemente algo más allá de la línea de 6,25, entra a canasta y a unos cuatro metros se para y en perfecta suspensión tira y encesta un partido que se ganó por un par de puntos si mal no recuerdo, delirio en el pabellón porque como no estábamos muy acostumbrados a ganar esa temporada pues aquello fue como si ganásemos la Korac, pobrecitos.

Acabó la temporada y nos salvamos de nuevo con el mejor Pritchard pero Kevin se fue a la Lega para después de allí probar fortuna otra vez en la NBA y regresar al Bayern Leverkusen, entonces el mejor equipo de Alemania con diferencia hasta que años después apareció el ALBA. Retirada prematura, nunca comprendí por qué, y carrera de entrenador para acabar en los despachos de Portland.

Sólo estuvo una temporada pero creo que anda entre los cuatro o cinco mejores de la historia del Cáceres en tiros libres y asistencias, suficiente para dejar un recuerdo imborrable en todos los aficionados, al menos en este que escribe. Todo un talento este Kevin Pritchard, una suerte verle por Cáceres y una lástima que sólo le disfrutáramos un año. Eso sí, al año siguiente llegó otro base espectacular, Jordi Soler.

Para que luego digan que no hay que subvencionar el deporte de élite, todos necesitamos un referente y la base necesita una meta a la que llegar, una ilusión, como la que muchos tuvimos durante varias temporadas. De acuerdo que lo público no debe ser el único motor de algo privado pero ni tanto ni tan calvo, aunque ese tema ya lo tocaré cuando llegue.

Un saludo a todos, gracias por leer mis recuerdos, esperemos que esta temporada todos vivamos unos cuantos más de esos que no se borran y que permanecen en el tiempo.

*Esta entrada la he rescatado de un antiguo archivo de texto de un viejo disco duro. Desconozco el autor.